domingo, 25 de julio de 2010

Washington D.C. ("di sí" para los amigos)

Sin desmerecer los viajes del perrillo ovejero Fontecha a lo largo y ancho de nuestra amada región, aquí os dejo una entrada de la vueltecilla que nos dimos por la Capital.

Lo más impresionante de Washington es, probablemente, la entrada. El aeropuerto al que llegamos (Reagan) está dentro de la ciudad, a un par de paradas de metro del Mall, por lo que entras con el avión al centro de D.C. pasando entre los edificios. Aunque acojona un poquito, es precioso ver desde arriba el Capitolio o el Monumento a Lincoln.

Aunque no hay demasiadas cosas para visitar, Washington está llena de turistas. Es la capital y tenía la sensación de que esta ciudad es para los americanos como La Meca para los musulmanes, que tienen que visitarla al menos una vez en la vida.

Todo el turismo se concentra en torno al Mall, un parque nacional de una milla de largo y 120 metros de ancho, delimitado al este por el Capitolio y al oeste por el Monumento a Lincoln. Entre estas dos construcciones, otro par de monumentos más (a Washington y a los caídos por España USA en la IIWW).






Las concentraciones de gente eran de lo más variopintas: encuentros de familias negras, reunidas alrededor de las escaleras del Monumento a Lincoln, desde donde Martin Luther King pronunció su famoso I have a dream y concentraciones de veteranos en el Monumento a U.S. Grant. Permitidme hacer un inciso para decir que nunca entenderé cómo alguien puede sentirse orgulloso de haber luchado en una guerra.






También están en el Mall los museos "del Aire y el Espacio", de "Historia Natural" (con piezas europeas, por supuesto) y de "Historia" (con la rana Gustavo, una bandera, cortacésped o un sensor láser como máximos exponentes).


Después, estuvimos viendo la Casa Blanca - aunque Obama no quiso cerveza - y los Archivos Nacionales, donde guardan la Declaración de Independecia (o Estatut, jeje) y la Constitución.


Otra visita de obligado cumplimiento es el Cementerio de Arlington, donde están enterrados soldados muertos en la guerra y veteranos, así como JFK.


También salimos del Mall para ir a ver el Teatro Ford (donde mataron a Lincoln) y para echarnos unas gordas y comer en el Hard Rock, donde pudimos degustar la típica comida basura americana.




Sin mucho más que contar, corto la conexión hasta el siguiente viajecito: New York City.

Un abrazo

No hay comentarios:

Publicar un comentario